La disparidad de los calendarios se metió en medio del comienzo de la Copa Intercontinental, competencia a la que sus participantes llegan en diferentes condiciones. En el encuentro de los cuartos de final se midieron dos actualidades opuestas: la durísima fajina que arrastra Botafogo contra el descansado Pachuca, que solo debía temer por la falta de ritmo futbolístico. Los cuerpos más frescos y las mentes despejadas del equipo mexicano marcaron claras diferencias sobre la fatiga y el agotamiento brasileño.